
Una de las decisiones que tomó fue descartar la música compuesta por Graeme Revell y sustituirle por Jerry Goldsmith, a quien Crichton conocía desde los setenta, cuando el música americano creó la música para las primeras incursiones del escritor como director como El primer gran asalto al tren. La verdad es que tras oir la partitura rechazada de Revell, que fue publicada a posteriori, ganamos con el cambio. La partitura que creó Goldsmith para la película es para mí su última gran obra. Una música violenta, primaria, intensa, con una cuidadísima orquestación y,como siempre en el compositor americano, absolutamente ligada y dedicada a la película. Una magistral partitura de la que os dejo uno de sus cortes más intensos, The fire dragon, todo un tour de force para la orquesta.
PD: La película fue estrenada finalmente casi dos años después de su comienzo de rodaje con un considerable fracaso económico. La verdad es que se nota la postproducción complicada que tuvo en el resultado, pero aun así resulta un film muy estimable que bien merece una revisión.
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