Titanic supuso para el compositor norteamericano James Horner, la consagración definitiva a nivel de popularidad, no en vano el disco se mantuvo dieciséis semanas consecutivas como número uno en ventas en la lista Billboard. Por supuesto, la gente que se compró el disco en su inmensa mayoría lo hacía por conseguir el single My heart will go on interpretado por Celine Dion y compuesto por el propio Horner.
El primer disco que se editó junto con el estreno de la película, contenía el grueso de la música compuesta por Horner. Una música que, como es habitual en el compositor, se mueve con soltura de los momentos íntimos a los grandilocuentes, con un dominio absoluto de la orquestación y un exquisito don para dar con melodías memorables. De hecho, Titanic supone una cima en su carrera, por la conjunción de las distintas corrientes de su obra en una única partitura, explotándolas al máximo y logrando una extraña coherencia. Pues en la partitura se dan cita tanto el más clásico sinfonismo como melodías de clara influencia céltica así como pinceladas de sonido New Age, muy cercano a Enya (probablemente por imposición de James Cameron) añadiendo a orquesta y coros, sintetizadores.
Este larga suite de casi veinte minutos, recoge la mayoría de temas de la película y fue compuesta exprofeso para un segundo disco que aparte de contener más fragmentos de la partitura original incluía música diegética como la que interpreta la orquesta del Titánic y una nueva versión del famoso single de Celine Dion, ahora con efectos sonoros y diálogos de la película(sic). Una de las cosas que más se le criticó a Horner en su momento fue la decisión de recurrir a coros sintetizados en algunos momentos de la partitura, esta suite corrige este hecho y si bien al principio siguen siendo sintetizados en la parte final, también la más emotiva de toda la suite, la inclusión de un coro real de voces blancas dota de una fuerza y un sentimiento que no estaban presentes en el disco original.
A Horner siempre se la acusa de copiarse en exceso a si mismo (de hecho, tiene un grupo de facebook dedicado a su famoso parabará), pero su calidad compositiva está fuera de toda duda. Sus trabajo pueden gustar más o menos, pueden parecer más o menos originales, pero siempre, o casi siempre, tienen una gran calidad. Ésta no será la última vez que aparezca en el blog, seguro.
El primer disco que se editó junto con el estreno de la película, contenía el grueso de la música compuesta por Horner. Una música que, como es habitual en el compositor, se mueve con soltura de los momentos íntimos a los grandilocuentes, con un dominio absoluto de la orquestación y un exquisito don para dar con melodías memorables. De hecho, Titanic supone una cima en su carrera, por la conjunción de las distintas corrientes de su obra en una única partitura, explotándolas al máximo y logrando una extraña coherencia. Pues en la partitura se dan cita tanto el más clásico sinfonismo como melodías de clara influencia céltica así como pinceladas de sonido New Age, muy cercano a Enya (probablemente por imposición de James Cameron) añadiendo a orquesta y coros, sintetizadores.
Este larga suite de casi veinte minutos, recoge la mayoría de temas de la película y fue compuesta exprofeso para un segundo disco que aparte de contener más fragmentos de la partitura original incluía música diegética como la que interpreta la orquesta del Titánic y una nueva versión del famoso single de Celine Dion, ahora con efectos sonoros y diálogos de la película(sic). Una de las cosas que más se le criticó a Horner en su momento fue la decisión de recurrir a coros sintetizados en algunos momentos de la partitura, esta suite corrige este hecho y si bien al principio siguen siendo sintetizados en la parte final, también la más emotiva de toda la suite, la inclusión de un coro real de voces blancas dota de una fuerza y un sentimiento que no estaban presentes en el disco original.
A Horner siempre se la acusa de copiarse en exceso a si mismo (de hecho, tiene un grupo de facebook dedicado a su famoso parabará), pero su calidad compositiva está fuera de toda duda. Sus trabajo pueden gustar más o menos, pueden parecer más o menos originales, pero siempre, o casi siempre, tienen una gran calidad. Ésta no será la última vez que aparezca en el blog, seguro.
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